miércoles, 18 de mayo de 2011

ñuñoa.

quiero quedarme para siempre en ñuñoa. mirar las casitas de buena familia de dublé almeyda y, si es que no hay olor a lacrimógena, salir a caminar frente al pedagógico. tratar de divisar a una de las monjas del convento de chile-españa y elucubrar maneras de entrar a la mezquita. mirar el emerald cada vez que voy al líder y ponerme contenta al recordar que tuve que reportear sobre eso. probarme ropa de las tiendas de ropa usada y saber que nunca podré comprarla porque vale incluso más que algo nuevo, pero no importa, y sobre todo, oler los árboles de colores y darme cuenta que eso del smog en ñuñoa no es cierto, porque ñuñoa jamás me ha asfixiado como lo hace esta ciudad que ya sé de memoria, donde ya no existen las arboledas ni las casas de familia.


2 comentarios:

El Leo dijo...

¿También te queda chica esta ciudad?
¿También te encanta el smog, el estrés? ¿Pueblo chico infierno grande? ¿Siempre a los mismos lugares? ¿El Atkinson está trillado?

Yo también veo a mi futuro en Santiago, mientras veo como muchos amigos de Santiago huyen a las regiones, al sur, al campo. En parte por pega, en parte por estudio, en parte para escapar de los problemas, y quizás más de lo último.

¿Tu también estás escapando? ¿O es más bien el impulso aspiracional?

Tabatha G. dijo...

las dos. escapo de mi vida de siempre y aspiro a una nueva que me satisfaga.